De Los Seductores, no tengo más que decir que lo de siempre ante ciertas películas francesas: hermosa estética, un lujo envidiable y una trama corriente pero entretenida. Me gustó, que conste en acta, además pude ver cómo actúa la mujer de Johnny Depp (oh! Jhonny!), Vanessa Paradis (¿no tiene un nombre precioso?), de una belleza un tanto peculiar, tan peculiar que yo no encuentro. Pero da igual, marca estilo allá donde se mire. También la protagoniza Romain Duris, de la película Arsène Lupin (cuyo personaje es superatractivo, la verdad).
De Buried había oído todo tipo de críticas. El hecho de ser española pero parecer completamente estadounidense (actor incluído) me echa para atrás. Hacer una película de 90 minutos, a lo americano y sin salir de un ataúd, resulta pretencioso, muy buena debería ser... Lo único salvable, el final, que realmente me transmitió algo de lo que intentó transmitir, sin éxito, el resto de la película: una ligera sensación claustrofóbica y... ¡fin!
Me queda decir que vi la película de La Red Social, vamos, la de Facebook, la semana pasada. Salí de allí maldiciéndome por ser una adicta a las redes sociales y porque, en realidad, nunca sabemos qué hay detrás de todo esto que consumimos. Aún así, llegue a casa y entré al Facebook, ¡qué se le va a hacer!
También estuve el resto de la noche pensando un buen invento que patentar y hacerme multimillonaria pero soy una persona limitada, la creatividad se la dejaré a otros. Eso sí, desearía que se hiciera una calefacción móvil, llevarla en el bolsillo y que te calentara todo el cuerpo, ¡dios mío, qué frío hace por aquí y estamos aún en Octubre! (¡apunten la idea señores que hacen calefacciones! ¡El futuro es móvil!)